Canesa, la investigadora, fue a hablar con su amigo Stanley que sabía mucho de música. Quería saber qué secreto podía tener la música para que hubiesen podido viajar a Saturno desde un bar.
En la primera reunión, Canesa no quiso darle demasiados detalles. Pero Stanley empezó a contarle sobre la nueva música que había descubierto. Ahora se podía ver el sonido poniéndote una gafas de realidad virtual. "¡Prueba, prueba!", le dijo al mismo tiempo que le ponía las gafas. Canesa se quedó impresionada. Lo que veía era muy parecido a los paisajes que contemplaron en el interior de Saturno. "¿Cual es el nombre de la canción?". "Viaje a Plutón", le respondió. Canesa se quedó muda. Aunque Plutón ya no se consideraba un planeta, la coincidencia era mucha.
Tuvo que contarle los planes que tenían para viajar a Marte. "No puedes decírselo a nadie. Es un proyecto secreto".
Stanley ya había oído algo sobre viajes con la música, pero pensaba que era debido al efecto de alguna droga psicodélica. Por eso le preguntó a Canesa que si habían tomado algo. "Nada en ese sentido". "Pues entonces habrá que probar el efecto que producen algunos tipos de música", le respondió su amigo.
Buzz, Pelo y Bulliver estaban ansiosos por ver cómo había ido la reunión. Canesa les contó que su amigo les iba a ayudar. Buzz les propuso hablar también con algunos amigos suyos de la NASA, la Agencia Aeroespacial, para ver si ellos sabían algo relacionado con viajar con la música.
El comandante Bill Murray había viajado al espacio y había visto algunos sucesos extraños, que sus jefes no quisieron investigar. Así que, él por su cuenta sí lo hizo. "He comprobado", le dijo a Buzz, el astronauta que estuvo en la Luna, "He comprobado que es posible trasladarse mentalmente a algunos lugares que no conocemos. Incluso describirlos con detalle. Hemos hecho investigaciones científicas y los resultados son asombrosos". "¿Y crees que se podrían llegar a trasladar "físicamente" a las personas?", le preguntó Buzz.
Bill permaneció un momento en silencio, como si estuviese haciendo cálculos matemáticos. "Habría una posibilidad. Pero no sabemos cómo afectaría a la persona que lo hiciese". Buzz pensó que eso mismo sucedió con los primeros astronautas. "¡Deberíamos intentarlo!. ¡Yo me encargo de buscar a un valiente para probarlo!".
Después de este encuentro, Buzz volvió a contárselo al grupo, al que habían puesto el nombre de VICOMU, es decir, Viaje Con la Música. Todos estaban impacientes por oírle. "¡Un valiente o una valiente es todo lo que necesitamos!". Canesa dio un paso adelante "¡Yo iré!". No quería esperar ni un minuto para comprobar que se podía viajar físicamente con la música.
Bill Murray tenía su propio centro de investigación secreto. Un garaje que llegaba desde la parte delantera de su casa hasta el patio. Allí tenía todo tipo de cacharros extraños. Les mostró una cabina, situada al fondo del garaje. "¡Ahí está!. Todo está preparado".
Canesa sintió como la música entraba por su cuerpo. Luego pareció desmayarse. Cuando se despertó ya no estaba en el mismo lugar.
Bill y Buzz fueron inmediatamente al lugar donde se suponía que estaba Canesa, pero no encontraron a nadie. Bill pensó que tenían que estar, uno en el punto de partida y otro en el de llegada. Buzz se quedó en el de llegada. Tan pronto Bill llegó a la cabina de su garaje empezó a oír un ruido extraño como de latas cayendo por una escalera. Se acercó al lugar de donde provenían los sonidos, un rincón del garaje. Allí estaba Canesa, un poco confundida y con unos cuantos cacharros encima que le habían caído de las estanterías al aterrizar.
"¿Buzz?. ¡Canesa ha vuelto. Ven para aquí!", le dijo Bill mientras sacaba a Canesa del rincón. "¿Qué me ha pasado? ¿Dónde estoy?". "No te preocupes, estás de vuelta".
Ilustración: Cristina Llorente
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